¿Prudencia o ambigüedad?

por | Sep 11, 2012 | Líderes políticos | 5 Comentarios

La noche del lunes 10 de septiembre de 2012 Televisión Española (TVE) emitió en directo la primera entrevista televisada del presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, desde que asumiera su cargo en diciembre de 2011. La entrevista arroja una serie de sustanciosas conclusiones desde el punto de vista de la comunicación, si bien las diferentes opiniones políticas llevarán a cada persona a extraer conclusiones en un sentido o en otro. Yo he intentado ser lo más objetivo posible, analizando la intervención de Rajoy desde un punto de vista técnico. Éstas son las ideas que más me han llamado la atención:

Entrevista a Rajoy en TVE

-Estética algo descuidada: sus pelos no transmitieron la mejor imagen posible. También hay que notar que la corbata no estuvo perfectamente anudada. La combinación de colores de su vestimenta fue adecuada. El azul fue el elegido para su traje y, sobre todo, para su corbata. Se trata de un color que ayuda a relajarse. Estimula las ideas y pensamientos, al tiempo que transmite tranquilidad, confianza y protección. Muchos expertos apuntan que garantiza la comunicación y fomenta el intercambio. Con todo, el azul es demasiado previsible en su caso. Además, es el color corporativo de su partido. Su primera entrevista en televisión desde que fue nombrado jefe de Gobierno, hubiera sido una buena oportunidad para mostar a través de los colores que no es sólo el líder del Partido Popular, sino el de todos los españoles.

-Fidelidad al planteamiento: da la sensación de que Rajoy supo ajustarse a la perfección al esquema que él y sus asesores diseñaron para la comparecencia. Fue relativamente tranquila, sin contratiempos no deseados. Recordó al debate con Rubalcaba, en el que el entonces candidato popular supo ceñirse al guión y evitar errores.

-Seguridad en la comunicación no verbal: fue uno de los aspectos comunicativos que mejor dominó el presidente. Miró casi siempre a los ojos del entrevistador y utilizó correctamente las manos. Irradió seguridad con sus gestos e incluso dio la impresión de que se creció en algunos momentos de la entrevista. Mientras escuchaba a los periodistas esbozó una media sonrisa que le presentó como un interlocutor tranquilo, afable y receptivo. 

 -Comunicación verbal algo plana: ante la primera cuestión, en la que María Casado le preguntó si habrá rescate o no, Rajoy se mostró muy inseguro, nervioso y dubitativo. El desarrollo del resto de la entrevista fue bastante mejor, con momentos en los que se creció y habló con seguridad. Las respuestas fueron demasiado largas, con excesivos rodeos y circunloquios y un tono monocorde. Pareció irritarse una vez, cuando le preguntaron por la reforma laboral.

Sobre el mensaje, me gustaría desmenuzar una serie de aspectos en los que merece la pena detenerse:

-Prudencia frente ambigüedad: el presidente hizo hincapié en que una decisión de la magnitud de pedir el rescate financiero a Europa no puede tomarse a la ligera y de forma frívola. La prudencia fue el principal valor que ensalzó Rajoy. En cambio, los analistas más críticos con el presidente vuelven a acusarle de esconder sus planes y de tener una agenda oculta. Puede ser un tópico habitualmente utilizado con los gallegos en general y con Rajoy en particular. Lo cierto es que, como ha sucedido en ocasiones recientes, el presidente fue ambiguo. Su intervención no sirvió para aclarar cuáles serán las decisiones que tomará en el futuro. No despejó si habrá rescate, ni si habrá nuevos recortes para los funcionarios y para el resto de trabajadores. Fue una entrevista que no generó grandes titulares.

-La reducción del déficit como idea-fuerza: una de las conclusiones más positivas que puede sacar el equipo de comunicación del líder popular es que supo aclarar cuál es la piedra angular de su política y el motivo. Rajoy insistió en que su principal objetivo es reducir el déficit que arrastra España. Dejó claro que a esta meta están supeditadas todas las medidas que vaya a tomar porque piensa que la resolución de este problema es lo único que permitirá que el país crezca y pueda generar empleo. La principal razón es que en la actual situación España no puede financiarse porque los mercados no le prestan dinero y porque los intereses ahogarán aún más su economía. A algunos les puede parecer obvio, a otros el dogma de Merkel y la troika, pero, aunque parezca mentira, hay muchas personas que no entienden realmente el sentido de esta línea política. En esta entrevista el presidente lo explicó de forma más concisa y clara que en otras comparecencias anteriores.

Otro mensaje que Rajoy subrayó en el plató de TVE es que los pensionistas son el sector al que más va a proteger de los recortes. Asimismo, anunció que no subirá el IVA ni el IRPF y que se apobrarán otras tasas, entre ellas las verdes. Se echaron de menos otros mensajes importantes sobre la posición del ejecutivo que dirige sobre y el futuro de España.

-Utilización de metáforas: para contar un relato que llegue a los receptores es fundamental valerse de metáforas. El jefe de Gobierno español usó este recurso con profusión, sobre todo para asuntos económicos: comparó las condiciones del rescate con las de un préstamo personal y dijo que “la ventanilla está abierta” para explicar que el Banco Central Europeo proporcionará a los estados la liquidez necesaria. También comparó la economía familiar con la estatal al aseverar que “no se puede gastar más de lo que se ingresa”. Fue sin duda un acierto, aunque este tipo de metáforas en las que se compara la economía doméstica con la de una nación están algo manidas y simplifican en exceso la realidad, llegando a veces a distorsionarla.

Acerca del formato (entrevista coral con una moderadora y un representante de cada uno de los cinco periódicos más importantes del estado español) y sobre las actuación de los periodistas me gustaría añadir las siguentes reflexiones:

-El formato resultó ser muy acertado: Es abierto y plural.

-Los periodistas plantearon preguntas demasiado largas: tienen que aprender de María Casado. Con brevedad, sencillez y con buen talante fue quien puso más en apuros al presidente.

-Los entrevistadores se fueron desinflando: conforme avanzaba la entrevista con preguntas cada vez más previsibles. Fueron víctimas de un narcisismo que no sirvió ni para darle más salsa a la entrevista.

Para terminar, planteó a los lectores una cuestión. Si el presidente aún no tiene decidido aún si pedirá el rescate y si la entrevista no sirvió para colocar mensajes a los medios de comunicación, ¿no hubiera sido mejor que su equipo de comunicación hubiera concertado la entrevista para otro momento más interesante para la audiencia y más productivo para sus intereses? Después de que hayan pasado varios meses desde su investidura, hubiera merecido la pena esperar a una mejor ocasión para su primera entrevista televisada.

Fuente de la imagen: www.rtve.es

 

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