Con motivo de la gala de entrega de premios de la Asociación Europea de Consumidores en Acción que tuvo lugar recientemente en El Puerto de Santa María, ‘El Atril’ tuvo la oportunidad de entrevistar a Teresa Jiménez-Becerril Barrio, quien recibió el Premio a la Mejor Contribución al Movimiento Europeo. Jiménez-Becerril es eurodiputada por el Partido Popular (PP). Entre otros muchos cometidos, en el Europarlamento es miembro del Grupo Parlamentario del Partido Popular Europeo (PPE) la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior y de la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género. Licenciada en Ciencias de la Información, colabora habitualmente con diversos medios de comunicación. También es presidenta de honor de la fundación que lleva el nombre de su hermano: Alberto Jiménez Becerril, un edil asesinado por ETA. Con la diputada sevillana hablamos sobre la actualidad de la Unión Europea (UE) y, como no podía ser de otra manera, sobre comunicación.
-El sentimiento europeísta en España está por encima de la media de los países de la UE. Sin embargo, los españoles se sienten bastante alejados y desinteresados de las instituciones. ¿Cómo lo ve usted?
En efecto, los ciudadanos perciben a la UE con lejanía, distancia y como un monstruo burocrático. La burocracia es lo peor que ven de Europa. Notan que hay exceso de legislación. Es decir, algunas empresas sienten que es muy difícil cumplir con todas las normas que existen. Es verdad también que las leyes tardan un tiempo en aplicarse. Pero a mí me preocupa que haya ciudadanos que piensen que Europa va contra sus intereses porque no es así.
-¿Puede mejorarse el interés y el vínculo de los ciudadanos con esas instituciones comunicando?
En primer lugar, creo que sería positivo que se dieran más noticias positivas de Europa en los medios de comunicación. Por ejemplo, se podría hacer más hincapié en el dinero que invierte la UE en infraestructura como puertos marítimos. A veces se le da todo el méritos a las administraciones españolas y se minimiza el papel de Europa. El ciudadano debe saber que el dinero no cae del cielo y que muchos proyectos ven la luz gracias a fondos europeos. Asimismo, sería conveniente que se dieran más noticias sobre la unión. Cuando me presto a informar de una iniciativa europea en los medios, a menudo los periodistas me contestan que esas informaciones no interesan al público. Yo creo que si no le interesan es en parte porque no están habituados a ellas. También creo que sería más positivo que los medios explicaran mejor a los ciudadanos estas noticias con un lenguaje que entiendan, en lugar de centrarse tanto en los órganos y en los nombres de los políticos.
-Usted ha hablado con preocupación sobre el euroescepticismo existente en el Reino Unido.
Los británicos están a veces dentro y fuera de la unión al mismo tiempo. No están en la Zona Euro ni en el Espacio Schengen, pero cuando tienen un problema como ahora con Gibraltar, son los primeros que se dirigen a la Comisión Europea para que les defienda. A los británicos les preocupa normalmente cómo se gasta el dinero en Europa. Yo entiendo que es necesario que exista un control rigurosos de cómo se gasta el dinero, si bien ellos tienen que comprender que, si no están de acuerdo con tantas cosas, deben tener la valentía de decir “no queremos estar dentro de Europa”.
-¿Advierte también el peligro de que crezcan en votos partidos ultranacionalistas considerados populistas?
Sí, sin lugar a dudas. Estos movimientos van a crecer en los próximos comicios. Además de en Reino Unido, se han hecho muy fuertes en países como Polonia y Chequia y otros del este, Igualmente, creo que se producirá una eclosión de partidos pequeños que no estén dentro dentro de grandes bloques como el Partido Popular Europeo, los socialdemócratas o los liberales. Cuando esto sucede, estas formaciones tienen la tendencia a oponerse a todo lo que deciden los partidos mayoritarios, que yo considero que miran por el interés general.
-Últimamente se han debatido algunas propuestas para reforzar las instituciones europeas haciéndolas más democráticas y cercanas a la ciudadanía. Una de ellas es dar más poder al Europarlamento, restándole poder a la Comisión Europea o haciendo que ésta depende menos de los estados y de la estructura burocrática de la UE. ¿Pueden servir propuestas como éstas para combatir el euroescepticismo?
Antes que nada me gustaría puntualizar que el Tratado de Lisboa supuso un hito en ese sentido, lo que ocurre es que, por desgracia, muchos ciudadanos lo desconocen. Desde la firma de este tratado el Europarlamento tiene la misma importancia que el Consejo Europeo, es decir, que los estados. Esto quiere decir que los estados no pueden aprobar nada sin la aprobación del Parlamento. Eso le ha dado una fuerza a la cámara muy grande. Aunque, por supuesto, se podría intentar que ésta tuviera aún más. Los europarlamentarios a veces nos enfadamos porque para aprobar una legislación las negociaciones son a tres, pues hay que tener en cuenta al Europarlamento, a la Comisión Europea y al Consejo Europeo. Yo sí creo que habría que escuchar más al Parlamento.
-En poco tiempo viviremos una nueva campaña electoral en la UE. También se han propuesto medidas para aumentar el interés de los ciudadanos por estos comicios y reforzar la identidad común de los europeos, como que los partidos designen a un candidato a nivel europeo o que se celebren debates entre ellos. ¿Qué le parecen estas ideas?
Los europarlamentarios han estado divididos en torno a estas cuestiones. Quienes estaban en contra de que los partidos designen a un político de referencia a nivel europea argumentan que esta medida puede provocar que se elijan a algunas personas sólo porque son famosas y conocidas en diferentes países. Eso iría en detrimento de políticos menos conocidos, pero que desarrollan un gran trabajo en Europa. Yo, salvo por esa vertiente, opino que es una propuesta muy interesante. Sobre los debates, el problema que veo es que ya de por sí es difícil que los electores se interesen por los candidatos al Europarlamento de su propio país. Desde mi punto de vista el objetivo prioritario para nosotros es que los ciudadanos se interesen y conozcan más y mejor la política europea. Más adelante sí sería interesante organizar y darle relevancia a esos debates.
-Ya por último, ¿que europarlamentarios o qué políticos europeos le gusta comunicando? ¿A quienes destacan por su imagen, su discurso y su capacidad para transmitir sus ideas (esté usted de acuerdo o no con ellas)?
El líder de los liberales europeos, el belga Guy Verhofstad, es muy bueno debatiendo. Es muy buen parlamentario y hace buenos discursos. También está Daniel Cohn-Bendit, copresidente del Grupo Parlamentario de Los Verdes/ALE, quien habla mucho en francés. Es muy popular. Para mí, ellos dos son los más floridos, luego en su trabajo hay otros políticos muy buenos. A mí me gustaría destacar la labor que realizan todos mis compañeros: Jaime Mayor Oreja, Luis de Grandes, Carlos Iturgáiz, Pilarr del Castillo, Alejo Vidal-Quadras, etc. Valoro también mucho al italiano Mario Mauro, que fue ministro de Defensa y es muy amigo mío. Hay un nivel muy alto y un grado de especialización importante: cada uno sabe de los suyo. Por ejemplo, el popular Agustín Díaz de Mera sabe mucho de fronteras, visados, etc.
Autoría de las imágenes: El Puerto Actualidad