En una conferencia celebrada en El Puerto de Santa María en junio de 2013 el exministro Jesús Caldera exponía que el estudio de una prestigiosa universidad revelaba que la mayoría de los estadounidenses opinaba que los gobiernos republicanos eran mejores gestionando la economía que los demócratas, a pesar de que la realidad demostraba más bien lo contrario. La izquierda manirrota frente a una derecha más responsable a la hora de gastar. Estamos ante un tópico universal -sea real o no- que el Partido Popular hace muy bien en aprovechar para su relato político.
Como los populares han relevado al PSOE durante las dos últimas grandes crisis que ha sufrido el país, en parte de la ciudadanía ha calado la idea de que los gobiernos de centro-derecha, supuestamente más responsables manejando las cuentas públicas, vienen siempre a arreglar los desaguisados de la socialdemocracia. En boca de cualquier tertuliano o de cualquier concejal conservador se repite la misma idea: «por responsabilidad, nosotros tuvimos que tomar medidas dolorosas, aunque necesarias , las cuales ya han empezado a funcionar. Porque el esfuerzo siempre da sus frutos y aún estamos en peligro de una recaída».
Por este motivo, considero que el mensaje del último spot del PP es acertado desde el punto de vista de la estrategia comunicativa. Hablamos de un anuncio político en el que se narra la historia de una paciente muy grave que llega al quirófano al principio y que, tras una intervención y un tratamiento de rehabilitación, sale del hospital por su propio pie. Esa enferma simbolizaba a España y su salud económica.
A este storytelling tan efectivo debemos añadir una metáfora muy potente: la del cirujano que salva a un paciente en estado crítico. El consultor Luis Arroyo lleva advirtiendo de la idoneidad de este relato desde el comienzo de la legislatura, cuando muchos analistas criticaban la comunicación del Gobierno de Rajoy. Al menos, es un relato claro y comprensible, tal como explica Arroyo en un artículo más reciente sobre el propio vídeo.
Cierto es que muchas de las bromas vertidas contra el vídeo por los tuiteros españoles tienen su gracia. Pero también es cierto que todo el ruido generado en torno al vídeo -desde su polémica presentación en el Congreso de los Diputados hasta los elementos comunes con spots anteriores de otros países– ha contribuido a su difusión entre la sociedad.
En el imaginario colectivo la confianza que la derecha transmite para los asuntos económicos tiene su otra cara de la moneda en otro tópico: carece de sensibilidad social. Así pues, discrepo de lo afirmado por el ministro Montoro en su reciente y polémica entrevista en ‘El Mundo’: «¿Economía sin alma? ¡Pero qué tontería es esa!». La nueva ofensiva social del PP, el intento de humanizar a sus líder o el giro hacia la mencionada «economía con alma» son iniciativas inteligentes (ya veremos si eficaces) para contrarrestar esta desventaja. El PP sabe desde hace tiempo que éste es un auténtico talón de Aquiles, por lo que ya en la campaña electoral a las Generales de 2008 utilizó un lema como: ‘Con cabeza y corazón’.
Se puede ser crítico con la gestión del Ejecutivo español, se puede mantener que España no ha salido de la crisis y que las medidas económicas de Rajoy no han servido para curar al paciente. Pero no deben mezclarse dos temas diferentes: una cosa es la visión que cada uno tenga de la gestión del Gobierno y otra la efectividad del mensaje del vídeo. Una cosa son las opiniones sobre gobiernos, partidos o líderes y otra los análisis de la comunicación política, que es lo que nos interesa en este blog. Y en este caso, sostenemos que el spot del PP va bien orientado.